Sin maíz no hay país

En México, una de las regiones donde fue domesticado el maíz hace más de 8.000 años, las empresas multinacionales agrícolas, intentaron introducir el maíz transgénico, argumentando los cantos de sirena que resuenan en todo el mundo. Pero el Tribunal Federal dio lugar a la demanda que grupos de campesinos, indígenas y diversas personalidades de alcultura y la ciencia presentaron a favor de la biodiversidad local.
El tribunal dio la razón al pedido de la sociedad civil, en cuanto los transgénicos implican un peligroso camino hacia el monocultivo y hacia la dependencia de las empresas transnacionales para obtener las semillas, en detrimento de la enorme cantidad de variedades locales.
Al mismo tiempo y dado el alto consumo de maíz por parte de la población mexicana, de permitirse la producción y el el consumo de esta clase de transgénicos, afectaría prácticamente a la totalidad de la ciudadanía.
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