viernes, 29 de enero de 2016

Eliminan controles de los rótulos alimentarios

En consonancia con las medidas "pro mercado" que el gobierno de MM viene realizando, acaban de derogar una norma que exigía un control de rótulos de alimentos nuevos en el mercado. El sentido de la normativa era el de evitar que las empresas engañen a los consumidores, prometiendo nutrientes que no poseen o bien minimizando los riesgos que conllevan. La historia de la industria alimentaria está plagada de adulteraciones, desde sus comienzos a fines del siglo XIX. La única forma de evitarlos fue mediante el doble control del estado y los consumidores. El nuevo gobierno, basado en la idea equivocada de que existe un mercado en equilibrio (o bien, pensando mal, tratando de favorecer a los sectores empresarios), intenta desregular quitando controles, con el objetivo de hacer más fluido el comercio alimentario. La realidad es que con esta medida se beneficia únicamente a un sector del mercado, a un sólo lado del mostrador. Si agregamos esta medida a la batería de normas y DNUs que el gobierno de MM está implementando, queda claro que el objetivo es frenar la inflación bajando el consumo y al mismo tiempo aumentando las ganancias de las grandes empresas. De este modo el consumidor queda desprotegido. Correrá entonces por nuestra propia cuenta, como sector de demanda, el de imponer las reglas, sabiendo que el estado, ahora, juega para los poderosos.

martes, 19 de enero de 2016

El tiempo y las comidas saludables

Las recomendaciones sobre la comida saludable abundan tanto en los medios como en las visitas al médico o nutricionista. Incluso el estado hace propaganda acerca de la conveniencia de comer alimentos frescos, como verduras, frutas o carnes. Sin embargo tanto en los medios de comunicación masiva, como en la propia actitud del estado, los mensajes son contradictorios. Por un lado se insiste con la necesidad de comer sano, por el otro nos bombardean con publicidad sobre alimentos que poseen excesos de grasas, azúcares y sodio. El estado también se contradice, por un lado propaganda relativa a la sanidad alimentaria, por el otro reparte alimentos industrializados con alta cantidad de hidratos de carbono, azúcares, grasas y sodio.
Pero lo que poco se toma en cuenta, es la cantidad de tiempo que lleva preparar comidas sanas. Según algunos estudios, la preparación de las comidas sanas, que implica no sólo el abasto, sino el procesamiento y la cocción, es de aproximadamente 20 horas semanales. La pregunta es, ¿quién posee ese tiempo? si la persona trabaja fuera del hogar (como la mayor parte de la gente), el promedio indica que para cocinar sólo tiene 5 horas semanales. Esta diferencia notoria, se subsana, desde el punto de vista de las familias, comprando en el mercado (súper generalmente), alimentos semiprocesados, procesados o ultraprocesados. Frente a esta situación, la esperanza de que las familias empiecen a cambiar sus hábitos alimenticios, por otros más saludables, se desvanece. Los únicos beneficiados de esta situación son las industrias alimentarias, que conociendo el terreno, le ofrecen a las familias, alimentos "listos para comer", aunque no se sepa lo que contienen y sí se sepa que, a la larga, son perjudiciales para la salud.

lunes, 11 de enero de 2016

La OMC y el precio de los alimentos

La OMC (Organización Mundial del Comercio) llegó a un acuerdo para ir eliminando los subsidios que los países centrales tienen en su producción agrícola. Dentro de las decisiones tomadas al respecto, se pretende reducir los subsidios totalmente para el año 218, permitir que los países en desarrollo puedan almacenar alimentos para los momentos de riesgos de hambrunas y dar acceso a los países subdesarrollados al mercado del algodón sin cargos ni impuestos. El comercio global de alimentos afecta hoy a todo el mundo y se espera que en los próximos años se incremente. A su vez, FAO sostiene que los precios de los alimentos serán volátiles en los años por venir, debido a las cuestiones climáticas y geopolíticas. Más información aquí.

martes, 5 de enero de 2016

La dieta cazadora recolectora de los Tsimane

Leemos en el sitio de la National Geographic un estudio sobre antropología alimentaria de los Tsimane de las tierras bajas del Amazonas boliviano. El objetivo del trabajo es aprender las costumbres alimentarias de un pueblo que basa su alimentación en la caza, la recolección y la pesca. Sin embargo y en concordancia con la globalización alimentaria, estos pueblos están siendo introducidos en la comida industrial y empiezan a depender cada vez más de productos como aceite, fideos, etc. El texto discute y comenta la idea de la Paleodieta, alertando sobre los errores comunes que se plantean alrededor de esta temática. Las preguntas acerca de la importancia de la carne (y de qué tipo de carne) y del papel que juega la recolección de alimentos de origen vegetal (generalmente son las mujeres) en la provisión de calorías, están planteadas en el texto, sobre todo a partir de la evidencia arqueológica de consumo de tubérculos y granos silvestres en las dietas anteriores a la aparición de la agricultura. Si bien todas estas preguntas hacen a la antropología alimentaria súmamente atractiva y útil, lo cierto es que ya está bien establecido que las dietas basadas en la alimentación industrial provocan (tanto en poblaciones acostumbradas a esos alimentos como en quienes recién se inician) enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.