lunes, 19 de noviembre de 2018

Las galletitas Oreo también dañan el medioambiente

Las famosas y porqué no decirlo, muy ricas, galletitas Oreo (aunque a decir verdad prefiero las Rumba), no sólo son una parte importante del problema de la epidemia de sobrepeso y obesidad que azota al mundo (por la marca misma, pero más aún por todo el conglomerado del que forma parte, Mondelez, el monstruo alimentario), sino que también son parte del problema de la desforestación. Uno de los ingredientes de las masitas (al decir de una gran cantidad de argentinos) es el aceite de palma. Para poder utilizarlo, la empresa no duda a la hora de eliminar la selva tropical, destruyendo la flora y la fauna, arruinando los ecosistemas (entre ellos los de nuestros queridos primos los Orangutanes) y por supuesto expoliando las riquezas de los países donde esas selvas se encuentran, no sólo por quitarle los recursos naturales, sino por la explotación a la que someten a la población. El sabor de la galletita Oreo no vale ni una centésima del daño que causan; Mondelez se enriquece, no sólo violando la ley, sino merced a lo que nosotros, los consumidores, pagamos. Tal vez sea tiempo de no comprar más Oreo. Más información aquí.

lunes, 5 de noviembre de 2018

El mal de Parkinson y el aparato digestivo

Un estudio publicado en el "Science Translational Medicine" sugiere un vínculo entre el aparato digestivo y la probabilidad de tener el mal de Parkinson. Específicamente habla de la proteína alfa-sinucleína, que se encuentra, en forma anormal (una mayor acumulación que la esperada), en el cerebro de quienes padecen esta enfermedad y que también se haya en el apéndice. El estudio plantea que la gente que fue operada del apéndice, tiene un 20% menos de probabilidad de desarrollar el Parkinson. Pero el estudio no indica que una buena manera de prevenir este problema, sea extirpando el apéndice. En los intestinos y en la interacción de la microbiota es donde se genera esta proteína, por lo que remover el apéndice de ninguna manera resuelve el problema. La acumulación aberrante de esta proteína, se produce como una respuesta del sistema inmunológico a determinadas toxinas. El estudio plantea que estas proteínas migran luego hacia el aparato nervioso, causando el daño que todos conocemos. Este trabajo brinda una nueva perspectiva sobre este problema, del que se desconoce su etiología. Es factible, entonces, que, entre otras causas, la dieta y su interacción con nuestra microbiota y a partir de allí su reacción, tenga un vínculo y ofrezca esperanzas de prevención y cura de este mal que afecta a millones de personas en todo el mundo. Más información aquí.