miércoles, 7 de marzo de 2018

El ADN y la posibilidad de adelgazar, un nuevo fiasco

Si bien los desarrollos en el conocimiento del ADN, en su secuenciación y en la interpretación de sus efectos, cambió radicalmente la forma en que hacemos ciencia, afectando desde los estudios sobre evolución hasta, por supuesto, las ciencias de la salud, lo cierto es que también se ha incurrido en abusos y en malas interpretaciones. En este último sentido y en relación con el gran problema actual del sobrepeso y la obesidad, muchos escucharon los "cantos de sirena" que prometían, en función del propio genotipo, encontrar la dieta más adecuada para poder adelgazar. Varias empresas se apresuraron a vender paquetes que, en función de la determinación de las variantes de algunos genes, ofrecían o bien una dieta baja en carbohidratos o bien una dieta baja en proteínas. La hipótesis que sustentaba el modelo de negocios de estas empresas, era que si tus características genéticas eran del tipo "bajo en carbohidratos", entonces la única dieta posible para que se pueda bajar de peso, era, justamente, la baja en carbohidratos. Y al revés, un genotipo con la variante "bajo en proteínas" sólo podía adelgazar si se seguían estas últimas recomendaciones. Un estudio de la Universidad de Stanford comprobó que la posibilidad de adelgazar no está determinada genéticamente, como sugerían las empresas. E incluso sostenía que era hasta peligroso (y frustrante) intentar realizar una dieta para bajar de peso, basándose en información genética, de la cual, en la realidad, no se sabe bien qué efectos tienen. Más información aquí.

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