martes, 12 de abril de 2011

La TV indigna y el espectáculo de la pobreza

Uno de los bloques del programa de Chiche Gelblung del domingo (10/4/11) estuvo destinado a acercar un “banquete” a los niños de una comunidad indígena de Chaco, que ante la “generosa” oferta de chizitos, palitos salados, salamin y queso se abalanzaron “hambrientos” y “desesperados” a la mesa.. El plato fuerte fueron, a juzgar por lo que la cámara mostraba, unas milanesas de ...viandada! empanadas sin pasar por el clásico huevo. La bebida: Coca-cola. El postre: ensalada de frutas enlatadas, siquiera servidas, pues se las daban directamente de las latas a los niños. Todo esto fue acompañado por comentarios “de color amarillo” en los que se destacaba la sorpresa de que jamás hubieran comido tal delicia argentina, de que no sintieran curiosidad por abrir una lata con alimentos, de no conocer el maíz enlatado que llega en las cajas de los planes sociales. (Se nos ocurre preguntarnos cuántas veces el locutor habrá comido un patay elaborado con algarroba).
El efecto total fue decadente. No solo se ofreció comida de escaso valor nutricional a quienes se supone “comen mal” y se les ofrece además un plato mal hecho. (total, “son indios, pobres y no tienen idea, comen lo que les dan”)
Si el efecto de este bloque era mostrar lo increíble, que un argentino de 72 años no hubiera comido milanesas en toda su vida, también pudo verse que no ha recibido respeto por parte de un programa que ofrece carne procesada (viandada) como milanesa, que expone a los niños a una prueba de laboratorio para ver las reacciones ante un alimento desconocido, que quiere mostrar una voracidad que no existe, ya que ninguno de los niños toco los alimentos hasta que se les indicó y luego comieron como todo bocado servido en la mano, del cual se pretendía hacer un análisis de la comensalidad.
En fin un tratamiento avasallante de un pueblo del que no se destaca ninguno de sus saberes. Mucho menos, mención siquiera, de alguna de la causas por las cuales han quedado tan desfavorecidos en relación a otros ciudadanos del país. Parafraseando a Lévi Strauss, lo crudo no es la situación de la comunidad, sino como son tratados en la actualidad, y lo podrido es este programa.

2 comentarios:

diegould dijo...

De Chiche nada sorprende. Desde que era director de la revista Gente en la época del proceso y les hacía propaganda a los milicos, nada nos debe sorprender. Lo que debe sorprendernos es su permanencia.
saludos
diego

Carina dijo...

De Chiche y su amarillismo berreta es esperable cualquier cosa. Lo de su permanencia no sorprende tanto si tenemos en cuenta que tantos especímenes que durante el proceso eran "milico friendly" siguen anclados firmes y como si nada en los medios, como Grondona, la vieja siniestra de los almuerzos, y hasta Orlando Barone, que por esas épocas trabajaba en Clarín. Menos mal que está el canal Encuentro...