Desde que el INDEC sufrió la intervención, mucho se habló sobre la manipulación de los datos económicos, aquellos que miden tanto la inflación como la pobreza coyuntural. En su diatriba, los críticos reclaman un sistema transparente, casi prístino, como el que supuestamente existió en otro momento. Pero no sólo reclaman por un pasado que nunca existió sino que incitan a mirar a nuestros vecinos como los modelos a seguir. En el blog de economía
http://los3chiflados.blogspot.com/ se plantea el problema de la pobreza coyuntural en Chile. Al parecer la drástica reducción de la pobreza en el país transandino no se debe a una política económica de redistribución de la riqueza, sino a una manipulación de los datos estadísticos. En vez de tocar el lado clásico de la ecuación (los precios al consumidor o la utilización de coeficientes de Engels anteriores al período en cuestión), los políticos chilenos bajaron el consumo calórico para el adulto equivalente. Así por ejemplo, en la Argentina, un adulto equivalente necesita consumir 2900 kilocalorías; extrañamente en el país vecino, un adulto equivalente necesita consumir 2100 kilocalorías. De este modo al bajar la necesidad, se reduce, artificialmente la cantidad de pobres, ya que se necesitan mucho menos alimentos y por lo tanto menos gasto, para alcanzar la canasta alimentaria.
En todas partes se cuecen habas y al parecer en todas partes siempre se las come el que no las cocinó.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario