martes, 17 de abril de 2012

Obesidad y alimentación

Desde Argentina Patricia Aguirre:

Que bueno volver a esta modalidad, he leído las intervenciones que describen algunos colegas y - aunque responden a la pregunta de Gerardo que se está realizando- me permito un análisis salvaje estudiando esas intervenciones : si no cuestionamos las relaciones que mantiene el estado, el mercado y la academia con la sociedad civil, seguiremos proponiendo planes para que las victimas se protejan solas en lugar de atacar a los lobos. Son muy importantes los programas educativos, las propuestas tendientes a recuperar la actividad y cambiar estilos de vida PERO si al mismo tiempo permitimos que se sigan produciendo y publicitando alimentos y actitudes insalubres, desplazamos la responsabilidad del colectivo social hacia el individuo y eso.... Es lo que quieren los que no quieren cambiar esta tendencia suicida: desplazar la problemática a las personas sin tocar las instituciones. Entonces hablamos de problemas individuales y no de sociedades obesogénicas. Les proponemos a las gentes que no coman cuando la industria y la publicidad trabajan para tentar hasta a los santos ayunantes y las ciudades se diseñan para los autos y no para los caminantes.

El camino que lleva a la obesidad es un negocio gigantesco, alimentos, ropas, gym, libros de auto-ayuda, tratamientos mágicos, tratamientos serios pero siempre tratamientos cuando el mal esta instalado, etc. Si no cortamos las condiciones que generan obesidad, si no incidimos en las cosas que posibilitan socialmente esta ganancia, la conciencia individual nada en un mar de azúcar. No puede ser que la salud sea vista como un premio por ir en contra de las tendencias de nuestra sociedad. Hay que cambiar esas tendencias incidiendo en la sociedad con criterio de salud. Para eso esta el estado, para eso las leyes, las normas, los controles sobre alimentos, publicidades, espacios etc. Para eso sin duda la educación sobre los derechos (a la alimentación y a la vida saludable) ayuda pero no se puede terminar ahí. La cultura de comer a reventar alimentos azucarados-grasos-salados y desplazar el placer de moverse por ver deportes, no es una creación de un día y no cambiará pronto, pero vale la pena empezar su proceso de deslegitimación. Empezando por la difusión de modelos de cuerpos reales y no la estética de la escualidez que deja a media humanidad afuera.

Como antropóloga me instalo en mirar el fenómeno (en este caso las contestaciones a la pregunta ¿qué intervenciones se están realizando) en una doble articulación: de la sociedad (a través de sus instituciones) hacia el individuo y del individuo hacia la sociedad. Veo mucho estado dedicado a crear conciencia puntual en el individuo y al mismo tiempo la desaparición del estado en la protección global de la salud del ciudadano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Laura Guevara y soy periodista de ciencia. Escribo para Agencia CTyS - www.ctys.com. ar - una agencia de divulgación científica que pertenece a la Universidad Nacional de La Matanza. Me interesó mucho el tema de la antropología de la alimentación y me gustaría ponerme en contacto con Patricia Aguirre para entrevistarla. Existe alguna manera en que me puedan poner en contacto con ella?

Muchas Gracias.

Laura Guevara