El reduccionismo de la búsqueda del gen de la obesidad

En varias partes se lee y se escucha que en diferentes unversidades y centros de investigación, se están buscando los orígenes genéticos de la obesidad y el sobrepeso. Dado el carácter de epidemia de estas dos condiciones y el conjunto de enfermedades asociadas que traen aparejadas (inclusive dentro de la niñez), es de esperar que se redoblen los esfuerzos para poder combatirlas y frenarlas. Sin embargo debemos advertir que la búsqueda del gen o del pool de genes que podría predisponer hacia la obesidad o el sobrepeso, si bien puede ser muy relevante, corre el riesgo de incurrir en un grave problema de reduccionismo. En nuestro mundo actual y pese a la educación masiva y al impacto cada vez mayor de la tecnología, es claro que aún perdura una suerte de pensamiento mágico; que habría problemas que se solucionan simplemente tomando una pastilla o encontrando el gen que causa el problema. Como sabe cualquier estudiante de primer año de algún curso de biología donde se enseña genética, el fenotipo, es decir lo observable, es la suma del genotipo más el medio ambiente. Esto implica que ante el mismo genotipo, se pueden dar diferentes fenotipos si el ambiente es a su vez diferente en cada caso. Incluso, la naturaleza es tan compleja que puede darse que a partir de genotipos diferentes, un mismo ambiente muestre especímenes con fenotipos muy parecidos. El punto central del razonamiento es que si bien la búsqueda de las bases genéticas de la obesidad y el sobrepeso es muy importante, si no se ataca el problema del medio ambiente, el problema nunca será resuelto. Un contexto obesogénico, como el que sufrimos a diario en función del impacto de la alimentación industrial en nuestra vida cotidiana, con su carga de excesos en publicidad, azúcares y sodio, siempre producirá personas con obesidad y sobrepeso, por más que genéticamente no estén predispuestos (o no tan predispuestos) a acarrear esa condición. Es necesario en el combate contra la obesidad y el sobrepeso que todas las fuerzas de las ciencias de la salud, así como los organismos estatales y las instituciones privadas, tomen consciencia de la problemática y actúen en consecuencia, aún cuando ello implique una baja en las ganancias.