miércoles, 20 de julio de 2016

Publicidad y alimentación

Leemos aquí, que el mundo está empezando a tomar nota del efecto de la publicidad sobre la alimentación infantil. Desde Organizaciones como la OMS o aquí en el país la FIC (Fundación Internacional Cardiológica), se advierte del impacto que puede tener la publicidad televisiva sobre las conductas alimentarias de la población en general y en particular sobre los niños. La cantidad de horas que pasamos mirando la TV, más el resto de los estímulos (internet, gráfica, publicidad en la calle, radio, etc.), realmente nos coloca en una situación de vulnerabilidad. Sobre todo porque a la hora de elegir, las opciones se reducen a lo que por un lado nos tientan desde la pantalla, pero por el otro a lo que nos ofrecen en los supermercados y demás bocas de expendio. Creemos que es necesario poner límites a las propagandas sobre alimentos, pero a la vez entendemos que esto debe acompañarse de leyes que faciliten el consumo de verduras y frutas. Pero no sólo publicitándolas (con el mismo ímpetu que se hace con la comida chatarra), sino también subsidiando esos consumos. Al fin y al cabo ese dinero que se puede gastar en subsidios, termina siendo un ahorro si se piensa en lo que gasta el estado en los tratamientos de las enfermedades no transmisibles. Si se quiere cambiar, hay que cambiar todo, ya que el desorden anómico de la alimentación, es también un factor importante en la epidemia de sobrepeso y obesidad que padece el mundo.

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