martes, 11 de diciembre de 2018

FAO y los cultivos tradicionales, una propuesta con sabor a poco

La FAO considera a los arrozales en terrazas de Filipinas como parte del Patrimonio Mundial de la Unesco y advierte sobre el riesgo que tanto las tecnologías involucradas (probadas durante miles de años), así como las variedades, corren de desaparecer en manos de tecnologías "modernas" y de variedades de laboratorio. Varios son los problemas que se afrontan cuando se utilizan las tecnologías históricas, por un lado el rinde suele ser menor (aunque también lo es el deterioro de la tierra), por el otro lado las nuevas generaciones migran hacia los centros urbanos, donde esperan encontrar un trabajo remunerado. Por otra parte el cambio climático también atenta contra las variedades locales, ya que éstas han sido desarrolladas para soportar un tipo de clima, relativamente estable, o sometido a fluctuaciones conocidas. El cambio climático opera por espasmos imprevistos, lo que dificulta la adaptabilidad. Las nuevas variedades de arroz, tienen más rinde, pero conllevan riesgos muy grandes, desde los agrotóxicos hasta el deterioro de los suelos. Las tecnologías tradicionales son mano de obra intensiva y debido a la migración de los jóvenes a los centros urbanos, están siendo abandonadas. Un poco triste resulta la propuesta de FAO de promover proyectos vinculados con estas tecnologías y el turismo (?). No porque no resulte en concientización y difusión, dos variables muy importantes, sino porque en algún sentido calla, frente a la destrucción de modos de producción mucho más sustentables (probados en milenios) en manos del capitalismo. Más información aquí.

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